EL SABIO Y EL SABIONDO
Antes de empezar las sesiones de
Coaching, para colaborar en el desarrollo de las habilidades del Gerente de una
gran Empresa. El Coach, previamente realiza una evaluación pormenorizada, con
detalles psicométricos y analíticos que le permitirán, poder hacer un buen plan
de trabajo, dedicado y dirigido, al Gerente. La primera parte fue on line y la
presentación inicial fue de manera digital (correos van y vienen), hasta que llegó
el momento de la entrevista y la medición de habilidades que completaba la
evaluación. El gerente llego a la cita, de manera puntual, y el Coach lo estaba
esperando, en una oficina cómoda y confortable, y con preparación y
anticipación, por respeto y protocolo.
El Gerente, había leído el
curriculum y la experiencia del Coach, y se sentía muy a gusto del profesional
con el que iba a compartir las sesiones. Llego en el momento de conocerse, el
Gerente, un hombre de mucha experiencia y de más de 25 años en el mismo puesto,
y clave para la organización y el Coach, un hombre de 37 años, con una alta
sensibilidad y muy actualizado en la práctica de su dinámica.
El primer pensamiento del
Gerente: ¿Que hago aquí? Es un niño, prácticamente le doblo en edad. El primer
pensamiento del Coach: Vamos a poder compartir y crear muchas posibilidades y
soluciones, frente a los temas planteados en la evaluación.
El Coach, saludo con cordialidad,
se muestra cercano y se pone al servicio, a sus órdenes, pero con Liderazgo
marcado desde el principio. El Coach, explico con detalles, en qué consistía la
evaluación, y el Gerente por educación, avanzo y se dejó llevar, ya que además,
fue enviado por la Empresa, así que tenía una responsabilidad, por encima de
sus percepciones. El Coach, empezó las preguntas, todas organizadas y
estructuradas, y el Gerente, empezó todo su historial, de porque es lo que es,
y porque ha llegado a donde está. Todas las definiciones del Gerente, apostaban
a mostrar al Coach, su experiencia, su liderazgo, su comunicación, sus años en
el negocio, el ojo clínico que tenía para las cosas, sus capacidades, el nombre
que se hizo en el tiempo, en fin, toda una biografía y descriptivo del Gerente
perfecto, pero marcando en todo momento que él era una persona muy humilde y de
perfil bajo, y que eso era su bien más preciado. En efecto, luego de completar
la evaluación y de un dialogo jovial, el Coach concluye las fortalezas del
Gerente, pero también salen a relucir sus debilidades. El Coach, previamente,
había tenido la oportunidad de trabajar con el personal a cargo del Gerente, y
eso completaba el marco de análisis y el futuro de las sesiones.
Las sesiones avanzaban, durante
las tres primeras, el Gerente no se agotaba de hablar y transmitir todas las
maravillas había realizado en sus años de trabajo en esa Empresa y las maravilla
que él era, para sus colaboradores a cargo, para su familia, para los
proveedores, para los clientes, en fin, no había nada en lo que el Gerente, no
fuera bueno, en lo que hacía. Todo lo que tocaba se convertía en oro y todo lo
que armaba, terminaba siendo exitoso (desde su perspectiva). En ese proceso de
las primeras sesiones, él seguía resaltando su humildad, y su querer permanecer
siempre como una persona que enseña y forma, más que llevando el estandarte,
para que todos lo miren. Un hombre intachable, sin duda, por sus referencias
dentro de la organización y fuera de ella, invaluable en generación de
resultados, pero un egocentrismo y narcisismo, que no le permitían ver hacia sí
mismo, desde adentro.
El Coach, continuo…jovial,
cercano, escuchando, y llego el momento de ahondar en los temas de las
debilidades. El Coach le mostro los detalles de las evaluaciones, con un feed
back muy detallado, luego converso con él, sobre el desánimo de su gente y la
cultura que había creado en su área, donde había una cancha marcada con
alfombra roja, para que pase, la persona más especial de esa área. No había
respuesta que no tuviera, y las ideas de su gente, era interesante, pero no
llegaban a la talla de su experiencia. Las sesiones avanzaron y el Gerente, empezó
a entrar en razón, abrió los ojos y ante la mirada que le gritaba al Coach:
ayúdame, pero no me expongas. El Coach, pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre
el Sabiondo y Sabio?; el Gerente toma su tiempo y profundo respiro y responde:
Yo soy el Sabiondo…Luego de ese momento, la pregunta siguiente fue: ¿Por qué?
¿Qué te lleva a eso? Y la respuesta inmediata: Mi orgullo…
Las sesiones continuaron y el
Gerente pudo avanzar, de la mano de su Coach a quien ya respetaba y veía como
tal, las actitudes empezaron a cambiar, las habilidades de escucha, respeto,
atención, delegación, empowerment, entre otras, se empezaron a dar de manera
natural. El Gerente empezó a descansar y a soltar en su gente, en su equipo, y
a crear nuevos espacios y dinámicas que permitía lograr cosas muy importantes
para la Empresa, pero sobre todo para la cultura y las personas.
La historia se cuenta por si sola
y el mensaje y las acciones se transmiten hoy con verdadera sencillez y
humildad, que es la marca del Sabio.
No pretendas ser lo que no eres,
no busques mostrar lo que no eres, no dejes que el orgullo y la soberbia te
sostengan en tu actuar. Deja que la sabiduría llene tu corazón y tu mente, y
que la humildad y sencillez, por más grande que seas y por más alto que
llegues, sigan siendo tu marca y legado. Así, cuando el cargo no esté, seguirás
siendo una gran persona.
Fundación Líderes con Propósito.
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